Desde que comenzamos a tener
uso de razón y consciencia de nuestro ser, se nos impone -o nos autoimponemos-
una idea de cómo deberíamos lucir. Una figura delgada, una piel reluciente o
una altura apropiada (¿Apropiada para qué?) son algunas
de las características más deseadas, pero debemos enfrentar que no siempre nos
vemos como queremos.
No hay nada de malo con
desear ser más atractivos, siempre y cuando amemos y respetemos la forma que
tenemos, de modo que lo que hagamos para lucir mejor no afecte nuestra salud
física y emocional; y no nos haga perder todo eso que nos hace únicos.
Aquí algunos consejos para
reforzar el amor propio:
1. En lugar de someterte a una
dieta que tarde o temprano te agotará y que, probablemente, terminará
produciendo un “efecto rebote”, vuelca tus energías a mantener un estilo de
vida más saludable. Ejercítate y come para nutrirte.
2. ¡No te compares! Todos somos
diferentes y eso es bueno. No hay nada de atractivo en lucir como una copia de
alguien más.
3. Usa ropa que favorezca tu
figura. Como todos somos diferentes, debemos aceptar que no todo nos favorece.
Debemos hacer lo posible por sentirnos cómodos y seguros de nosotros mismos
dentro del atuendo que elijamos.
4. Sé amable contigo mismo. Usa
un lenguaje positivo cuando te refieras a ti y a tu cuerpo.
5. ¡Elógiate! Cree en ti, en tus talentos
y atributos. Piensa en lo bueno que es tu cuerpo, en cómo te permite trasladarte
de un lugar a otro, en cómo funciona cada parte de él y agradece por ello.
6. Y, por último, ama tu cuerpo
tal como es ahora. Si no puedes amar tu cuerpo hoy, tampoco podrás amarlo
cuando sea como quieres. La idea de “perfección” está en constante cambio,
sobre todo a nivel estético.
Así que ahora mismo ¡vamos a
amarnos más!
Publicar un comentario
Agradecemos su apoyo al publicar un comentario. Tenga en cuenta que su comentario será revisado por nuestro equipo antes de ser publicado para evitar comentarios ofensivos, por lo que no se mostrará de manera instantánea. ¡Gracias por ser parte de nosotros!